Josep Becerra (Amposta, 9-12-1987) ha retomado este curso los estudios del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en l’Escola Universitària de la Salut i l’Esport después de haber hecho un paréntesis de tres años para vivir una experiencia en Puerto Rico que lo llevó hasta el equipo de fútbol del Bayamón, donde se hizo un nombre a copia de marcar goles, cosa que le llevó a ser escogido mejor jugador de la liga de este país de la temporada 2018/19. Ya en el curso anterior, el de su irrupción (2017/18), Josep Becerra fue el primer futbolista no nacional nominado a este premio, a pesar de que no fue hasta su segunda nominación consecutiva cuando consiguió el galardón de mejor futbolista de Puerto Rico dentro de la gala de los premios FBNET. Becerra superó los 50 goles (52) con el equipo que quedó campeón de liga. Una impecable targeta de presentación.
Josep Becerra ha vuelto ahora a las Terres de l’Ebre para retomar el hilo de los estudios de CAFE. Los compagina con el fútbol, y a sus 32 años continúa marcando goles, ahora en segunda catalana con la UE Rapitenca (ya ha marcado cinco). También lo compagina con la función de segundo entrenador y preparador físico en el cadete de preferente de la Rapitenca. Becerra, que está en cuarto curso, ha priorizado sacarse un grado que le puede abrir muchas puertas en el ámbito profesional: “Estoy cursando los estudios de CAFE porque he dedicado toda mi vida al deporte y quiero seguirlo haciendo en el ámbito laboral. El Grado en CAFE me ha dado la posibilidad de formarme en todos los ámbitos que engloban el deporte. I gracias al trato personalizado del EUSES he podido continuar mi formación a miles kilometras de distancia”, asegura.
En Puerto Rico, Josep Becerra ha sido también coordinador de la DV7 Soccer a Bayamón, una de las sedes de las Academias de fútbol de David Villa.
Becerra empezó su trayectoria de futbolista en los equipos de base del Amposta y acabó su etapa de formación en el Nàstic, en división de honor juvenil. Jugó con el Amposta en tercera y primera catalana, fichó por el Lleida (un partido en segunda B, el curso 2009/10) antes de volver al equipo de su localidad natal y de emprender posteriormente la aventura en el Bayamón, donde se ha convertido en todo un ídolo para la afición.


